Pensar en Mallorca es pensar en piedras. Esta isla no se entiende sin su paisaje rocoso o sin la edificación de muros con las piedras del campo. También significa pensar en ciertos ambientes festivos, donde la arena se transforma en pólvora que sustenta bengalas luminosas, paradoja de la huida del presente y a la vez celebración del instante. “La disolución del tiempo” surge como ejercicio reflexivo sobre la percepción antropocéntrica del tiempo y de su organización a través de la luz, recuperando la antigua función del espacio expositivo como depósito de aceite para el alumbrado público de la ciudad. En un afán por materializar la insatisfacción del ahora, el desordenamiento estructurado y los procesos cíclicos de la materia, Xim Llompart presenta una serie de instalaciones que deconstruyen la imagen más alienada de la nocturnidad balear para hacernos sujetos de nuestros propios cuerpos. Como Carlo Rovelli diría, pensar sobre el tiempo es pensar sobre nosotros mismos.
Nota de prensa: Cristina Ramos / Comisariado por Ramos&Lüebber / Espai Dipòsit, Casal Solleric, Palma 2019
(The Dissolution of Time)
When one thinks of Mallorca, one thinks of stones. The island cannot be thought of without thinking of its rocky landscape or without thinking of walls made from stones taken from the fields. It also means thinking about festive environments, where sand is transformed into gunpowder to sustain light flares - a paradox of escaping from the present and at the same time a celebration of the moment. The Dissolution of Time comes about as a reflective exercise on the anthropocentric perception of time and the way in which it is organised through light, recovering the former function of the exhibition space as an oil tank for the city's public lighting. In an effort to materialise the dissatisfaction of the now, structured disorder and the cyclical processes of matter, Xim Llompart presents a series of installations that deconstruct the most alienated image of the Balearic nightlife to make us subjects of our own bodies. As Carlo Rovelli would say: to think about time is to think about ourselves.